lunes, marzo 26, 2007

Transantiagueces

A.- Me contaban la historia de un pobre tipo que sufrió una eyaculación (yo creo que precoz) en el apretujamiento intersexual del Metro de Santiago, ¿pobre o afortunado tipo?. recomendar entonces a los varones excitables salir a la calle con un condón siempre puesto.

B.- No olvidar que si las micros amarillas hubiesen sido buenas, si el servicio hubiese satisfecho a toda la gente, no nos estarían pasando estas tragedias.

C.- De seguro el carácter reactivo y cagón de nuestra patria ha ayudado bastante a lo que está pasando. Reactivo por que todo se está solucionando a medida que ocurre, cagón por que se debió invertir más en mejorar las calles, los paraderos, las micros y por sobre todo el sistema de control.

D.- Los que están tomando decisiones sólo sienten la urgencia del costo político y financiero. No se ve a nadie que esté de verdad sufriendo sinceramente por la gente, como están padeciendo los viejos y los que pasan HORAS de su vida sobre una o varias micros... ¿cómo lo harían los senadores, diputados, subsecretarios, jefes de gabinete, ministros, asesores, alcaldes e intendentes si pasaran 4, 5 ó más horas parados moviéndose a 20 km/hr promedio?.

martes, marzo 20, 2007

Automáticas

Yasuri Yamileth andando del metro acá, las caras de las gentes en las calles, lo mismo, pero una sospecha lo de Yasuri y su fama ponderada por Leo Prieto, qué es eso, cómo diablos está enamorado de Yasuri, cinismo, burla, broma, que puede ser si después de pasadas las aguas te das cuenta de que no, que la broma no era ella, la chica indo americana, los rasgos que un cuico en su soberbia, o un aspirante a cuico llamaría chana, chula. De ese tipo los juicios, como siempre, repetidos aburridos, en realidad el video hecho por otra gente la chica elegida quien sabe cómo y por qué, quién sabe nada pero reafirmando la estúpida sensación de siempre, mi mal humor ante esta despiadada deformación donde no vale ni la antropología ni la admisión de un mundo paralelo en que las reglas pudieran ser otras, en las que Yasuri Yamileth no fuera icono de lo Cuma, como nos lo confirma una telenovela del Chilevisión con su raeggeton, con su lenguaje versus el otro, el venido a menos, por que al final no es un asunto de sólo poder adquisitivo, la plata, la monea cae o se va de una u otra forma en la cabeza no bien avenida de todos nosotros, ¿no, bendita Gwen Stefani?, tan linda que es y tan intragable su destino de máquina de vender música, ayer pensaba en ella, en que la ex mina roquera se vende como ídola de adolescentes siendo tan guapa y ganando mucho mas dinero ¿que me mantiene en mi molde? como canta ese de Verve. En mi molde, el gusto, la educación, las costumbres, una auto percepción plástica que se deforma y se aguza minuto a minuto y no hay permanencia, este fluir, este espejo dinámico no entiendo por qué mierda me deja siempre pegado a las mismas estúpidas decisiones y los miedos al cruzar la puerta, cuando esta puta conciencia, esta lucidez de mierda no es ni lucidez ni nada, no es mas que un espejo de alondras, una mentira o una verdad que da lo mismo porque la verdad verdadera es inalcanzable o es irrelevante. Donde me muevo entonces, donde, acá en esto que sucede de una u otra forma y que no consigo entender aunque me pase los días escribiendo las paginas mas absurdas, aunque le escriba a mi padre en su tumba acerca de dolores imaginarios, de decisiones a ciegas, de decisiones concientes pero casi a punto de quedar ciego y vacío, vacío como cuando todo de reduce a la cuenta corriente, a los pagos al hacer consumidor, a lo que hoy define, tu ropa, tu auto, tu casa… vaivén, vaivén de cabeza, bamboleo sin sentido, las ideas y los dedos no se coordinan, la manera de decir es la misma de siempre es la misma que se repite. Este sabor de estar perdido sin tener donde agarrarse, aunque si, a veces lo veo, qué pasa, qué te pasa qué me pasa, repito la misma pregunta desde que nací, ¿dónde están los días, los bellos días en que despertar era dulce?, ¿qué pasó? ¿dónde se fue la alegría, dónde la deje, quién se la llevo?, ¿dónde estás parado?, ¿pa’ donde vas?, ¿por qué llegaste aquí?, ¿qué haces?, ¿donde está lo que buscas?, ¿qué buscas?, ¿qué necesitas?, ¿quién puede responder a esta pregunta?, a este preguntarse siempre en que no caben las pelotudas respuestas que yo no se responder, la inseguridad, ver mi reflejo en el otro y me equivoco y me mando solo a la mierda sin saber que es lo que debo hacer mientras no hago lo que debo mientras me aislo y me exilio en este juego de ser quien debo.

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martes, marzo 13, 2007

¡Rancios!
















¡¡¡Qué rayos!!!
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martes, marzo 06, 2007

El hombre triste. 2000


Floto densamente sobre una gruesa corriente de dudas, como entre cadáveres me siento sobreviviendo a un destino macabro pero sin dirección, sin decisiones que dirijan firmemente la proa del barco hacia el sitio necesario. Quizás porque no existe porque el único referente soy yo mismo, yo mismo caminando por las calles una vez mas, prendido del aire, al rumbo que la inercia dicte hasta que de algún modo vislumbre mi rostro en medio de algún espejo empañado. Me cansa escribir sin una respuesta, sin un rumbo, sin una cama contra la cual recostar mi deseo y mi carne, como si de humo y de demoliciones estuviera hecha esta pesadilla. Acaso despertar era despertarse a realidades mas atroces o a un estado de ninguna cosa excepto la veleta de una voluntad indecisa, de un vestigio empapado de recuerdos hedonistas, de irresponsabilidades con cara de literaturas caras y baratas, del paso Chejov al paso Cortázar, de Faulkner a Henry Miller, por tomar una distancia Ética nos volvimos de cara al nóvalo, de cara a lo que al desearlo se deshace en meandros de sinsentido. Mi dolor duele, mi abandono duele, mi falta de alegría y mi irresolución duele, me duele que te duela, este duelo de silencio y de cansancio no avanza, no avanzan los remos y el bote flota detenido entre aguas verdes y juncos podridos, mirarme en esta agua opaca es imposible, sólo veo el dolor en unos ojos que lloran, en un alma que se deshace de pena y que parece querer soltar la cuerda, ya no soy el que era y la inocencia perdida me duele también como a Adán le debe haber dolido morder la fruta.

Las carreteras de noche eran otras y una voz infantil parece borrarse de una rutina en que hacen falta las palabras de encuentro, las rutinas compartidas, la idea de una vida llena de sonrisas y no una laguna de lágrimas que parecen cubrir todas las grietas y los pequeños caminos que aun quedaban por cerrarse.

Pero no es solamente empezar, no es solamente ponerse sobre las cosas que definitivamente no son, o que pudieron a ser, o la sed de la piel y de la carne, el plato servido que nunca llego a la boca, las cosas como se presentaron sencillamente durmieron su sueño de los justos entre preocupaciones y papeles dementes de alguien cuya cara ya no se reconoce en el frío de la carne cansada, en la costumbre de las micros amarillas, los doscientos cincuenta pesos.

Eso que soy mirándome en las cosas que no reflejan la cara que creía ver sobre mi cara me dice cosas o las calla de un modo en que no es posible descifrar nada. Esta desesperación con lágrimas en los ojos que se ducha llorando, que abraza a su vida llorando, que trabaja y se ríe llorando no se ve en ningún espejo, no se ve en ningún reflejo, no se ve. Lo que ves es una mascara de gusanos sobre un rostro que va perdiendo sus colores y que se diluye y desdibuja extraviado en una galería de extraños fulgores, de colores olvidados, de colores de pesadillas recordadas días después, son números en un celular, números de una cuenta corriente, números menos en una lista de compromisos incumplibles, en el ansia de ser mas, de poder serlo, de salir.

Me condeno sin entender el delito, dejo que la soga me apriete el cuello sabiendo que la voluntad no sirve para evitar que la caída me asfixie, que la salida no es para mí, que no soy un gran burgués para asumir el precio de hacer otra vida. Me pudro al ver mis palabras, de saber que sacándomelas de adentro más me ahondo en ellas, que repito mis fórmulas, mis frases de desesperación sin norte, sin brújula, sin otro avance que este cansancio agotado de estar cansado de estar agotado. Devolverme agobiado parece ser lo que me pide el alma, guardarme las posibilidades de estar bien, ignorarlas y saberlas imposibles. Los últimos sueños serán los que recuerde al despertar, al saber que no hay otra que esta realidad que se escapa de mis dedos.

Pero la sensación parece también ser otra, una burlona que mira a través mío con esperanza y que ríe de mi tragicómica gesticulación de niño viejo, verme en la risa irónica de algo que parece estarme diciendo cosas densas e incomprensibles. Esa es la triple condena del tiempo presente, la burla y la pena conviviendo entre pensamientos suicidas y esperanzas de optimista patológico, verme grave y agudo como consecuencia de una enfermedad crónica llamada yo mismo, ensalada mixta de emociones y raciocinios incongruentes, trato de empezar mi abecedario y termino prematuramente gesticulando al vacío un monólogo de sordo.

Esta locura que se llama caos y que parece definir mi paso por estos días de verano y otoño mal paridos, dan respuestas paradójicas al temporal desatado que vivo, como si definitivamente debiera enclaustrarme y auto sobrevivirme, un sueño presente, un pequeño deseo es esa soledad que parece un puerto o al menos un boya sobre la cual detener este nado desesperado, este crol cansado entre olas de pena y de complacencia barata. Solo yo puedo entender que valor tantálico tiene el plantearme en mi espacio, en mi tiempo y en mis pesadillas, como las cosas que ocurren, más que pulir, rayan y empañan la superficie de mis ojos. Es imposible para mí plantearme otra salida, una temporalidad y un ritmo distintos, una verdadera vacación de mi ser, de mi embrollo emocional, de este partir de nuevo sin un rumbo definido. Pero partir.

II

Una caída contra la nube tormentosa de la risa, un tropiezo despiadado, calles y mas calles, caras sin gestos reconocibles, la química de mi cerebro inflamado de ideas como aguas contaminadas, estoy triste y cansado, gran rueda de molino atada a un cuello con corbata, la liberación fue la caída de Sodoma en mis paginas, en mis letras jamás leídas y mi perdición, la confusión fueron otras citas una caída libre contra el sentido de esta calle sin tráfico en que yo era un lecho seco de pasiones, mi camino de haber sido y ser ahora alguien no identificable, mi mismo embutido en una estrecha vaina, una selva hacia la cual descender en busca de una razón, del sabor de la renuncia.

Como me gustaría otra salida para estos pensamientos repentinos, como quisiera andar libre por la plaza con las palomas circundándome, haciendo como que la vida era un plato ligero de verduras las que solo con aplicarles un chorrito de olive oil se solucione todo, como si amar y morir ya no fueran una operación de vida o muerte, y el sexo, divino regalo prohibido dejara de resolverse en manías nocturnas, en compulsiones de reprimido, de anormal para el resto, de castigado de cara a la pared por ser el que es, por haber llegado a ser una cosas que no se reconoce, inasumible, incomprensible.

Como quisiera cerrar los ojos y que las palabras mágicamente dijeran lo que no consigo decir, decir, decir como si tuviera sentido, como si al final quisiera que esto se resolviera felizmente, con castillos de arena y baldes de colores en la playa, como quiero descansar de mi cabeza, de este mierdal en que no se entiende demasiado que norte es el norte y que es lo que hay que dejar para ser feliz para que todos sean felices, para que la vida tenga sabor a sexo y a comida, para que mi cuerpo halle la paz que no se consigue vendiendo el alma, la paz que no existe.

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