lunes, julio 05, 2004

El espíritu que mora en la ausencia

Si de estas palabras, de algún modo brotara lo que debe, brotara el consuelo o el camino. Si la simple formulación del conjuro borrara esta niebla de los ojos al viento que lloran lágrimas de humo, si de escribir algo más se tratara y ese algo más tuviese olor y sabor, si el cuerpo entendiera el sentido momentáneo del sacrificio, si Dios condescendiera a sonreirnos, si el pecado original fuese una tarea sin coeficiente de evaluación, si el si de mi clave fuera otro, que decir si maldiciendo me desdigo, oh mísero botero de las calles de Santiago