viernes, octubre 22, 2004

Guitarras, lloren guitarras (o no tanto)


Tengo dos guitarras, la electroacústica y la de concierto, por ahí anda un amplificador con el que juego muy de vez en cuando. Recuerdo alguna vez haber sido bastante bueno, como amateur. En mis tristes días adolescentes me mataba, a veces 4 ó 5 horas diarias encerrado en mi pieza o en el baño para grabar mis tocadas (estamos hablando de los años 83 al 88, después intenté otras cosas), con ella empecé a amar y odiar a Silvio Rodríguez y a imitar furiosamente el estilo de Hugo Moraga -someone remember him?-. Pero la vitta violenta, el laburo, el design, el matrimonio, la familia me fueron apartando de estas aficiones y me fui dispersando, después entraron los tangos e intenté copiar a Esteban Morgado (el que acompañó tanto a Adriana Varela) a los guitarristas de Gardel, por ahí los tangos "Abrazao a un rencor", "Soledad" , "Cualquier cosa" en la versión de Corsini, "Nostalgias" y "Los mareados" no me salían nada de mal (hoy apenas si recuerdo "los mareados"). De pronto me entretengo tratando de tocar canciones de los Beatles, de Charly, de Aznar. Pero mi hijo atraído por el clavijero me cortó la primera cuerda metálica de la electroacústica. Lo peor es que la otra la tengo en reposo, enfundadita pero sin cuerdas para que no se me deforme. Quisiera inventar tiempo para realfabetizar mis dedos a la guitarra. Deploro no haber aprendido más blues y rocanrol. Cualquiera que haya tenido una relación sentimental con un instrumento musical sabe que la música, como diría Borges, inventa un tiempo abstracto, es decir un tiempo que se escapa de la cronología habitual. Hoy en un acto de desesperación, como el adicto que seca las bolsas de té para tener algo que fumar, le puse una cuerda de nylon a la guitarrita y me senté a cantar "blackbird singing in the dead of night, take this broken wings and learn to fly..."
Posted by Hello