domingo, julio 24, 2005

Acumulación

Mis padres cumplieron 49 años de matrimonio. Bien o mal han estado aquí conmigo, desde mis primeros pasos y mis primeras penas hasta hoy, hoy en que mis hijos, sus nietos, se suben por el chorro y gritan y rien cuando ellos arriban a casa. Por eso hoy los hemos llevado al Calypso allá en el Manzano, en el Cajón del Maipo. Pero mi papá está enfermo y no puedo evitar verme como mi hijo debe verme hoy. No importa que lindo y que caro haya salido el Calypso, el sol de invierno, mis hijos correteando de arriba abajo, no me quitan las ganas de volver a ser un niño, ese que recorría el centro de la mano de mamá y papá, ese que leía a Poe, que corría a recibir un abrazo después de una pichanga de barrio. Uno sabe, pero se olvida que sabe que nada es para siempre. También con la misma tristeza he reprobado a un alumno, ningún promedio puede contra el 2,5 que le puse y me dio pena, me da pena no poder aliviar a mi papá, me da pena ser apenas este triste huevón que tiene un blog, que hace click en Publish Post...