viernes, junio 04, 2004

Maquinitas

En realidad, qué me pasa que cuando camino por el centro o salgo o entro al metro veo no gentes, no personas, no historias, veo seres, veo la evolución haciendo de las suyas, veo maquinas orgánicas, gallinas trucos del huevo para hacer más huevos, como dicen que decía un biólogo norteamericano, o como lei por ahí "Bush es un invento de
las armas masivas para hacer más armas masivas", me miro desconfiado al espejo, soy otra máquina portadora de genes, un mecanismo portador de infecciosas ideas, una jeringa de ilusiones.
No hay demasiado que permita al pensamiento fijarse en un punto absoluto, ¿el amor?, el amor que decía Maturana (¿te acuerdas Hoyuelos?), que nos elevaba de nuestra congenita tendencia a depradar, parece tan engranado en nuestra ciega mecánica de challenges and responses como decían por ahí que ¿por que no dudar...?, aquí me detengo y se que nada que diga o piense detiene ni paraliza el ciego, enorme, paradojal amor que siento por mis hijos, aunque sean abejitas de un panal monstruoso e incomprensible, complejo y mentiroso asentado en la mas grande de las mentiras: el lenguaje y la impostura de comunicación que nos han dado porque "es lo que hay no más" y de ahí no salimos. Mecanismos del poder a favor del poderoso, todo cuanto sentimos y creemos apresado en las estructuras limitadas y engañosas del decir, "pero el amor, esa palabra" decía el libro, la cartita bajo la manga, la que pone sentido o nos engaña, al menos la que nos mueve las patas en el barro a pesar de la nada y del final allá adelante, el amor antifaz, el amor antídoto, el amor veneno y aspirina, el amor sexual como decían en la pobla, el amor camita tibiecita con tus juguetes y la papita que te trae mamá o papá, todo ese amor postulante a impostura universal, a zanahoria de la supervivencia, que Dios es amor, que Dios es inconmensurable ergo el amor es más fuerte, más fuerte que la chucha.
Así y todo me asomo a la ventana y no entiendo, quiero pensar y el ácido corrosivo de la razón se rinde, inteligencia que me hiciste mal, inteligencia de morondanga, inteligencia emocional best seller papurri, el hombre del pico más grande de la historia sonrie en alguna página porno y para eso no necesita más que tener ganas... y del amor y de los seres vivos, las pelotas.