martes, agosto 10, 2004

Los Pasos Perdidos



Suite Nº I (today and yesterday)

Hubo un tiempo que fue hermoso, pero eso es el recuerdo, porque también hubo momentos terribles en esas esquinas sucias, en esas tardes en que te sentabas solo en la plaza a ver las palomas tras leer los titulares en el kiosko de la esquina. Tiempo de fotos y de tazones con la equis de Xerox, donde el que escribe veía el tiempo arremolinarse sobre su cabeza con la suave sensación de tener todo el tiempo del mundo, sensación que a medida que se acerca a su cumpleaños se va deshaciendo como un caramelo en la saliva caliente.
Caminaba el personaje feliz de la vida, aburrido o con ganas de ganar más plata (always my dear), sintiéndose dueño o al menos capataz de su destino, hoy se siente un poco más escéptico pero curiosamente más atento y consciente... ¿de qué?.




Suite Nº II (beach time)

Mirasol es perfecta. Camino dos cuadras en la noche, la humedad de la lluvia de ayer me palmotea dulcemente. La sensación de viernes en la noche debiera durar para siempre -…esta infantil necesidad de la permanencia- estas ganas de estar seis meses acá, de hacerme compañía de este humo de leña, de este ruido de mar que puedo ver allá abajo en el frío brumoso de esta noche de julio debiera alguna vez pertenecerme con legitimidad. Pero soy un voyeur fugaz y aunque las casas vacías me reconfortan no soy nadie, o soy el de siempre que es casi lo mismo, este estilo de casas blancas que hace juego con modernas cuatro por cuatro a la puerta me importa una mierda, unas pocas casas iluminan la calle y hacen ver el brillo del rocío sobre los jardines. Pero para mi dolor hay algo canalla en todo esto, algo de mentiroso en esta hermosura que resplandece allá en Algarrobo abajo, lejos.
Respiro resignado (re signado, vuelto a mi signo) y vuelvo a mi mismo.