viernes, julio 30, 2004

El peso de la mochila


No voy a discutir que aunque no lo quiera, que aunque el amor es una droga más poderosa que casi cualquiera, a veces me inquieto más de la cuenta tratando de ver el futuro con rayos equis. Miro como crecen velozmente mis hijos, como esta pareja de locos que pelean y nos desvelan y llenan cada rincón con su existencia -ajena a la nuestra pero a la vez tan propia- van gradualmente dejando de ser los gusanitos que uno tomó con la mano y siento que no puedo, no debo, no es posible rendirme.

¿Pero que significa rendirse?

- Difícil pregunta salame, pero la sensación que subyace a estas palabras la tengo bastante clara y es una especie de angustia que suelo encontrar afirmada de un fierro sucio en una sucia micro muy temprano en las heladas mañanas de invierno o en las calurosas tardes de verano de ida o vuelta del ganarse el pan con el sudor.

¿Quiere decir que no te gusta lo que haces?

- No, nada que ver (es decir es otra cosa my dear), lo que me revienta es no poder optar entre lo que hago mejor y lo que tengo que hacer porque si no no hay puchero en la mesa. Me gusta esto de haberme metido en el mundo académico así de hocico y violentamente, de estar en contacto con diversas personas, de discutir y sacarle el alma a esta profesión misteriosa en que nos metimos cegados por eso de que eras "creativo", de que "te gustaba la fotografía y el dibujo"... cuando la verdad es que lo que de verdad hago todo el tiempo es escribir.

Dura confesión papá

- No me huevees

Perdona, pero me gustaría que nos aclararas como definirías tu incursión en la escritura

- ¿Sabes?, de verdad detesto ser autorreferente pero no puedo evitar vivir en una permanente dimensión de mi persona que justifica y que narra todo lo que ocurre a través mio. No te creas que a veces no me he sentido algo esquizo, pues leo lo que escribo y ciertamente es otra persona la que escribe, un alter ego sumamente triste, sumamente aproblemado y a veces increiblemente valiente y noble y yo, digamoslo apenitas podría decir que cultivo el louprofail como les gusta decir ahora ¿no?. Hoy justamente pensaba lo extraordinario que puedo ser en algunos aspectos, pero ese distanciamiento solo lo puedo constatar o darle sentido al escribirlo, al juntar los verbos y los sustantivos, podría decirse que es fundamental para mi existencia esta doble vida por escrito. Supongo que leíste a Omar y sus desdichas y paradojas, si no haz click aquí y compruébalo por tus propios medios...

No entiendo, entonces ¿porqué no haces algo al respecto?

- ¿Perdón?

La ambición, el progreso personal... seguir la verdadera vocación...

- ¿Te parece poca cosa ser quien soy?, tu mirada encierra cierto menosprecio por mi condición presente, por las viscicitudes del día presente por así decirlo, es bastante jodido embarcarse con la mochila de todos los días y nadar sin cansarse para entregarles amor a los tuyos y no dejarse engañar por los innumerables velos de Maya que nos hacen perder de vista las cosas que de verdad nos importan y sostienen, ah... Si te refieres a la sed de reconocimiento, de respeto, de que te tomen en cuenta lo único que deseo de verdad, es un poco de reconocimiento laboral, el suficiente para pagar mis deudas, educar a mis hijos, tener tiempo para mi familia y si queda tiempo después de eso ya veremos y te advierto que es una decisión conciente que me enorgullece y me pone feliz...

Pero...

- Todo lo demás, esto de escribir y nunca publicar, de jugar con el blog es un vicio, una terapia, una soltada de halcones (como decía Julioco), una compuerta para estirar uno de los varios pseudópodos, ah y por ahora eso es todo, quizás la próxima semana hablamos de cosas más serias ¿ok?

Sale y Vale