miércoles, julio 21, 2004

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En verdad la cordillera es fascinante, además que luce muy bella después de la lluvia, eso ocurre precisamente ahora, es decir lo pude apreciar mientras me dirigía a casa en mi auto, de pronto pensé "ahí están los símbolos de invierno",reflejo automático que evoca inevitablemente mi epopeya con la guitarra, es decir, el haber aprendido a tocar guitarra -para mi mal- con canciones de Silvio Rodríguez (a quien respeto pero que me me echó a perder en términos de que yo podría haber sido capaz de hacer con una guitarra fuera de obviamente tocar las tristísimas canciones de Silvio Rodríguez), la relación viene de esa canción que dice:

Allí amé a una mujer terrible
llorando por el humo siempre eterno
de aquella ciudad acorralada
por símbolos de invierno

En la revista Bicicleta (¿83, 84?) recuerdo haber leído que los símbolos de invierno eran los cerros de la cordillera nevada y no los milicos, como decían mis amigos comunistas y también pude leer ahí que solapadamente se habla de Allende:

el rostro del que ya no se veía
y en el oido me susurró la muerte
que ya aparecería

No se como términé en mi casa pensando en el suicidio de Allende, en Balmaceda, en mis amigos comunistas que en los años duros decían cosas como: "nadie se suicida con tantos balazos en el cuerpo", en la canción de Milanés... esa a Salvador Allende en el día del combate por su vida. Modos de ver, indudablemente, modos de sentir el devenir frio de la historia.
Nada tiene relación directa con nada, la verdad y la maldad son juicios cuyo valor no me hace ni más feliz ni más tranquilo en estos días inciertos. Fuck You Uncertainty