Luto mundial
Luto por la victoria de la insanía vestida de malas razones, por la victoria de uno de los personajes más siniestros de este siniestro planeta. No es que la otra opción fuese a ser mejor, pero definitivamente los votos del país del norte han preferido al mayor terrorista de estado como capitán de su desbarrancadero. El luto es por la imbecilidad humana, por el enorme favor que le hizo el islam al ansia de sangre de los industriales del norte, porque vivimos en un mundo que ya no nos pertenece.
Que se abra el agujero en la capa de ozono, que los gases calienten el planeta, que se mueran todos los pobres, todos los analfabetos, todos los que luchamos incapaces de torcer un destino que se solaza en el poder que controla el poder, en la riqueza que no conoce éticas ni morales excepto las de su propia alimentación. Que colapse de una vez el mundo, el luto debe ser permanente, siempre lo fue, la única diferencia es que antes al menos ocultaban las razones y mentían con más elegancia. La era del terror global cosecha su triunfo sin asco. Luto por el futuro. Luto porque en Quillota del mundo bailamos al paso del gorila desde hace rato.
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