Impudicias del 2000
Texto que iba a ir en mi CV... en el proyecto chulapi.com
A ver..., recuerdo una infancia diáfana e inconciente
como suele ser la infancia, recuerdo a alguien
preguntandome los años y yo diciendo "tres años",
epoca en que mis hermanos veían Barnabas Collins en un
televisor gigante blanco y negro, recuerdo a mi
abuelita abrazándome, a mi hermano mirando un
microscopio o leyendome unos poemas de Rubén Dario, o
mi mamá grabando en una grabadora prehistorica un
poema de Gabriela Mistral... la verdad tengo mas que
recuerdos la sensación de una infancia inconciente...
pasaban horas enteras en que permanecía solo en mi
casa sin saber muy bien que hacer, me hice teleadicto,
luego empecé a cocinar cosas, hacía postres,
hamburguesas (como a los 10 años), reordenaba la casa,
leía a Horacio Quiroga, pintaba con témpera, llenaba
hojas y hojas con caras, escuchaba a Steve Wonder, a
Sergio y Estibaliz... aprendí los rudimentos de la
soledad... Siempre fuí el segundo del curso, el del
6.0 ó 6.5, cuando jugabamos con mis amigos me gustaba
ser el malo, no el heroe, alguna vez armé un quilombo
de proporciones en el colegio pues traté a mis
compañeritos de 4º básico de rebaño de depravados
sexuales (no usé la palabra depravados pero si use lo
de sexual o de sexo y eso le ardió en el culo a todas
las profes de mi colegio). Dicen de mí que soy bueno,
que soy inteligente (guau), que soy depresivo pero que
da la idea que ya no tanto. Soy un tipo que de buenas
a primeras te cae mal, alguien que puede parecerte
demasiado irónico o francamente imbécil, que le cuesta
mucho abrirse al resto, que ama conversar, que detesta
la estupidez institucionalizada, que le gusta escuchar
y animar a quien se confía en él, un tipo que dentro
de sus posibilidades intentará todos los medios de no
defraudarte, de ayudarte, egoista moderado, no se
acostumbra a que el tipo que está ahí en el espejo es
él, no me gusta mi pelo, ni como me crece la barba, no
soy alegre espontáneamente, trato de ser tolerante,
confieso que tengo un abismo entre lo que me planteo y
lo que consigo, ¿exceso de pudor tal vez?, uso lentes
de contacto y sufro de constantes gastritis, me gusta
atender hospitalariamente a quien llega a mi casa, y
disfruto enormemente de escribir, dibujar, tocar
guitarra y cantar, me gusta diseñar y cuando consigo
conectarme en ello y desconectarme de lo burocrático
de mis funciones cotidianas obtengo buenos resultados,
lo que no garantiza nada pero no por eso...
Como cualquier ser humano disfruto de la guita -cuando
hay- y de la buena comida, del buen vino y la buena
cerveza, del whisky, me gusta el mar, me gustan los
lagos del sur.
Hay muchas cosas que me alegran, pero creo que la
verdadera felicidad sólo nos toca en plenitud de a
ratos y que es de sabios no dejar que esos momentos se
devalúen en la cuenta de ahorros del otro mundo.
He sido multado tres veces desde que manejo (en
Mulchén, en Ancud y Melipilla).
Son tantas tantas cosas las que me dan vueltas en la
cabeza cuando miro hacia atrás que no se por donde
continuar, son flashes de situaciones, del primer
mejor amigo, del primer cuento, de los amigos de la
juventud, de cuando conocí a la Vale, del día que
escogí estudiar diseño y el pánico que me invadió de
lo que pasaría conmigo, por esto y lo otro...
El año 83, cuando tenía 14 añitos, con otros dos
personajes creamos una cosa que se pasó a llamar "El
Cuaderno", donde recogíamos de todo, donde escribíamos
y haciamos collages y que pasaba de mano en mano, en
ese pasquin que duró hasta el 89 en forma increible
hablabamos públicamente de nuestras dolencias
mentales, de hecho se llamaba "El Cuaderno, Diario
Público de Los Tártaros" Los Tártaros eramos el Fito,
el Józe y su seguro servidor, tambien conocidos como
los Watussis más por ellos que por mí, ya que mis
amigos rondaban el metro ochenta y seis -o incluso
mas-, yo era el mas chiquito con metro ochenta no
mas.... nuestras actividades de ocio consistían en
caminar por la línea del tren y por la carretera a
Melipilla hablando y cantando, juntarnos en mi casa de
noche a beber gaseosas y comer papas fritas mirando
las estrellas tirados en el patio, grabar
conversaciones absurdas, cantar tangos, hacer ruidos
que pertubaran a los vecinos y hacer recortes de
diarios y revistas para crear collages colectivos...
Luego cada quien ponía en las páginas del cuaderno sus
impresiones las que luego eran vistas por la gente que
nos rodeaba...
Recuerdo cosas medio surrealistas durante mis años de
aprendiz de diseñador, haber metido la nariz en cosas
como "La Propuesta" , "El Vergazo", "El Neonacismo
Musulmán" como objetos teóricos risibles pero a la vez
nostálgicamente necesitados de espacio social, charlas
en las que de cita en cita con amigos y amigas
colonizábamos el centro de Santiago y sus
alrededores... El Inés de Suárez, Las Tejas de San
Diego, El Templo de la Bohemia, El Neo-Templo de la
Bohemia, La Biblioteca Nacional, Estado, Huérfanos,
Ahumada, El Govinda's, el 40, la Alameda e
indudablemente la plática infinita, la conversación
que destruye y construye mundos.
Hacernos al mundo nos inició en este reencuentro.
Me hice esposo y padre, sacerdote de mi propia fe en
la incertidumbre, embarcado en los ojitos verdes de mi
esposa he navegado las aguas de la realidad, del hacer
fuerzas ex nihilo.
He diseñado y olvidado millones de cosas, siento que
no valgo por ello mas o menos que lo que el mercado
ofrece por mí, nunca podrán comprar mi alma verdadera.
Quisimos hacer un Ñiache cuando el horno no estaba
para bollos y el caos y la matriz nos desparramó por
el mapa sin saber que aun seguimos componiendo una
figura (imaginense que todos los que hacemos
chulapi.com somos vértices de un poliedro), un
poliedro vertiginoso que no elige figuras inteligibles
y que tiembla y cambia pero jamás se descompone del
todo.
Quisiera ser recordado como uno que tiró carne a la
parrilla, mejor que mis fracasos y probablemente ajeno
a mis triunfos, un padre y esposo sui generis, un
tarareador de algo... que alguien diga "Igual se las
traía el pelao".
Etiquetas: cuentos del año del ñauca
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