navidad de mall en mall
Partí tratando de retirar un examen de sangre en Integramédica del Plaza Oeste, serpeteando entre caleteras y pistas de la impecable y fría Vespucio Express, desde mi casa hasta la casa de mis padres reduzco el traslado de casi 40 minutos a 20, casi sin parar, casi sin ver más que asfalto negro, líneas blancas y pip pip pip.
El milagro ingenieril me entretuvo acompañando a mi madre en vitrineos navideños, pagos y muchedumbres acaloradas, al final retiré el examen pero cerca de las 13.00 y partimos a casa a ver a mi papá, a mi enfermo papá.
La misma autopista me disparó a Providencia, a recoger a mi mujer y otras calles luego nos condujeron resignadas al Alto Las Condes.
Para qué insistir en las diferencias evidentes, el espacio, los productos, los olores, las músicas. Es la misma pelotudez de siempre, pero da lo mismo pues al final salí cargado de encargos del viejo pascuero (viejocu).
Al final el cansancio del fin de año y las ganas se van en ahorrar las ganas y las palabras. Horror de horrores querer decir lo que la olla a presión ha ido cocinando a fuego lento y que la tonta imaginación no consigue traducir. Escribir por escribir por hábito, justificando tener esto, una excrecencia burguesa.
Ay Dios...
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