Uno abre los ojos y a veces nada cambia

No se muy bien porque decido hoy escribir aca. Cuando lo que hay que decir se dice elegantemente en cualquier lado o no vale ni la pena decirlo. Cuando mi “blog”, estas páginas electrónicas verdosas y melancólicas, ya no intentan transmitir nada y desde el fondo de mi alma se aleona mi repeluz absoluto por esnobismos, siutiquerías y biendecires, se me aparece la sombra de mi padre, lo veo en sueños de colores intensos, lo veo diciéndome que nos extraña pero que nunca deja de acompañarnos, que me regala un viaje por los sueños y por propia voluntad decido volar entre oficinas y plantas industriales como quien nada en un render 3D, camino por una ancha vereda cuyo paisaje cambia con mis pasos, altas torres, piso azul electrico, cielo recién llovido.
Dicen que Myspace y que la rimbombeada web 2.0, terminará poniéndole la lápida al blog. Quién sabe, creo que la cultura, las culturas, las nuestras, la débiles de quienes leemos por deporte y escribimos por placer y necesidad son completamente irrelevantes, recesivas, no por ello menos respetables o desechables, sin embargo su objetivo desde la perspectiva social, económica y cultural es tan inorgánico y aleatorio que sencillamente siempre va a sucumbir a la novedad que se imponga.
Lo que se lleva hoy es imponerse objetivos y priorizar las metas y sus submetas, avanzar transando y negociando. La poesía si me sirve, el esnobismo y la siutiquería si me sirve bienvenida sea, lo otro es izquierda, es llanto “porque el mundo es tan injusto” y eso, con todo respeto, ¿a quien mierda le importa?.
No me vengan con estudiantes de secundaria con discursos ochenteros. La protesta es justa sin duda, pero anda tú a decir que necesita la educación y quien va a tomar el bastón de la responsabilidad de cambiar todo. Cambiar profesores, mallas, infraestructuras, discursos. Quién le enseña a leer a los niños, quién les enseña a ver TV o a jugar en el PC y al mismo tiempo a juzgar la realidad material, el mundo plata, competitividad, exclusión, el mundo solidaridad, el mundo indolente, la mediocridad y el exitismo.
Tarea para papito y mamita, especialmente para mamita ahora que las mujeres la llevan y hacen esfuerzos extras por todos lados. Y yo, apenado, recuerdo a mi papá. Recuerdo dormirme chico e ignorante mientras me leía una enciclopedia universal.