martes, agosto 17, 2004

Apuntes sobre corriendo



I (sentado en el Alto Las Condes, detrasito del Gatsby)

Entonces recordé el 84, el año 1984, no el de Orwell, el nuestro, el mio, el que vivimos en 2º medio, si, el 83 hubo un concentración en el parque O'Higgins, el 83 empezamos el cuaderno, el 83 mi rutina eran viajes en micro de vuelta a la casa de noche, tomar onces solo y descubrir los sandwiches de palta con queso en los recreos del liceo, las caminatas. Así recordando me encontré en el Alto Las Condes varado, haciendo memoria (me - moría) They're Only People, un niñito muy lindo se me cruza y me mira inocentemente, que diría Lemebel.
Pero el 84 era triste como un casette de Silvio Rodríguez, el sonido gris del sobreproducido "tríptico", un escándalo, el sonido opaco del casette pirata, el enamoramiento posible, increíble, la marea de jumpers azules y mi corbata finita, la casi infancia y la estación de trenes de Maipú ya decadente y semi abandonada. ¿Existirán aun las maravillosas fotos que le tomó Fdo, por aquellos años?. 1984, un verano en Constitución, una foto de mi madre con vestido rojo.

II

Me ducho pensando en eso del vaso medio lleno y medio vacío.
¿No estará equivocado el que niega la relación inseparable de ambos?
¿Su incompletitud simbiótica (chupat'esa)?
¿No será instinto de conformismo ver sólo lo que hay y no lo que debiera haber?

III

Bajo en la micro de mierda de siempre, leo en una esquina:
"la vivienda no es un negocio, es un derecho"
He leído lo mismo respecto a la salud, la educación y la justicia...
¿No sería mejor decir algo como....?:
"Todo es un negocio
La Salud, la Educación,

la Vivienda y la Justicia
son sólo pretextos"

IV

Recuerdo algo que escuche decir a un viejo conocido que era "anciano" en una religión sectaria que conozco muy bien:
"Satanás no puede leer nuestras mentes (sic) por eso debemos tener cuidado con hablar de nuestros miedos, dudas y temores con otros"...
Ya que no había que expresar en voz alta las dudas y los temores, la duda debía por fuerza pagarse con temor y guardarla en secreto -o tal vez confesarla (si es que) para diosito en oración- ¿cual es el mecanismo más viable a esta altura para atemorizar al pensamiento religioso? ¿o se trata de una tautología hablar de religión y de temor? ¿o acaso el pensamiento no puede ser religioso?