miércoles, octubre 12, 2005

Saber o no Saber

Hoy no se porqué venía pensando en Diosito, en que uno pasa tanto tiempo sin pensar en si hay o no hay Dios, en que si vale la pena que lo haya o no, en la costumbre de creer que uno cree y que uno ya tiene resuelto ese dilema (que curiosamente intriga poderosamente a tanta mente brillante).
De pronto pensé que mi creciente decepción divina va acompañada de un emperramiento en creer en algo superior, en un poder que como decían en Belleza Americana es una fuerza infinitamente bondadosa. Pasa además que con los años el cuento del Dios bíblico da más miedo que fe, pasa que uno siendo padre no se puede imaginar a un Padre eterno tan mal genio y genocida.
En fin. Uno ve tanta soberana injusticia, tanto mal que habla por el bien, como George Walker Bush y sus aliados de Al Qaeda, los políticos chachulleros de la concertación y los políticos empresarios-traficantes de la derecha, los delincuentes niños que andan con pistolas, la prepotencia humana frente al planeta, las leyes, la educación, la autocomplacencia, el mercado, el estado, todo tan como las divinas pelotas que sencillamente la presencia o no de Diosito parece irrelevante.
Me preocupa Diosito.
Tantos años creí en él a pie juntilla, tanto temor a su poder se me infundió que hoy que ya me estoy haciendo madurón extraño la mano bondadosa de un padre bueno, al que agradecerle el pan y el día a día, pero es que no puede ser, pienso, que este caos, esta subjetividad, este relativismo sea obra de un papá que ama a sus hijos y termino creyendo que para padres castigadores ya tuve demasiado con el del cristianismo y que prefiero creer en mis propios padres que en el todopoderoso.
Quien sabe porqué estamos acá, porque en este universo de tres dimensiones no hay forma de probar su presencia o ausencia. Anda tú a saber. Yo no pierdo la esperanza de que estés ahí Señor, cachando todo piolita, piolita socio.
Abba Padre...