domingo, septiembre 09, 2007

Claro, el último paso de la danza es una reverencia y la noche que te plancha la cara con su barra de hielo. Entonces hay una o dos cosas que esperan su momento, la placidez y el deber. Sin embargo pareciera que un hiato, un interregno, un meandro, una arruga en la sábana siempre te aguarda a pesar del mapa, de que ahí donde dice no estacionar el cono anaranjado se saca el sombrero y desde la enorme lejanía y los años suspiras.

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