Tristezas Fotográficas
Termino de leer a Barthes, salpicado de Fernando Flores, salpicado de sucesos de familia, es un domingo cansado, mañana la rutina de no tener tiempo me devolverá a esta suerte de ansiedad santiaguina, me quedo pegado en la tristeza de Barthes triste evocando a su madre muerta mediante la descripción sentida, subjetiva -el noema absoluto- de una foto de 1898 en que su madre era una niña y en que Barthes reconoce por fin lo que de verdad ella fue para él. Pareciera no haber palabras para entender la muerte y su fantasmagoria, y leo a Barthes con más tristeza sabiendo la suya una tristeza antigua de alguien muerto (Barthes murió en 1980)... mi gato pasea ante mi ronrroneando, me impide escribir, pondré (pienso) la foto de un condenado a muerte pata mejor explicar esta sensación de extrañamiento, de fragilidad, de evanescencia...
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