jueves, agosto 19, 2004

Hoy cumplí 5 hace 30, 15 hace 20 y 25 hace 10



Cuando chico me gustaba recorrer con un espejo la calle en que vivía, me guíaba sólo a través de lo que me decía el reflejo en éste... hasta que choqué contra una pared y se rompió el pobrecito para el desconsuelo de mi madre. Ese recuerdo facilmente tiene unos 30 años. Hoy que cumplo 5 años hace 30 los retazos son inconexos. Una suerte de cadáver exquisito que va cambiando de sentido. Yo soy ese cadáver, el mismo que hilvana este que soy, yo alguna vez tuve 5 y 20 y 15 y 25 pero antes, dormí en cama de mamá y papá pero antes. Hubo colegios frustrados hace 30 años, las micros camino a la casa de mi tía Inelda, guisos de porotos verdes y el "Jaco" y el "Punto": los perros de mi tía. Vagamente recuerdo haber sido chico y haber jugado en los juegos de tubos que existían en una plaza a media cuadra de allí, cerca de la panadería donde hacían unas colizas que yo veía enormes. Me recuerdo viajando con mamá por Santiago, todo en colores, la calle Ahumada con autos, el fantasma de Allende, el terror a la UP, la pena de tener que quedarme en casa de mi tía (a la que aun adoro) porque no había nana, ni jardín, ni abuelita que me cuidara.

También tuve 15 hace 20 años, escuchando a Congreso, Los Jaivas y a Silvio Rodríguez, pero casi siempre leyendo, en esa época a Poe, a Cortázar, a Chejov, a Gorki, cuentos por montón, a Melville, sacando fotos con mi pocket, caminando, caminando y caminando para todos lados, tocando guitarra hora tras hora, escribiendo poemas y cuentos, dibujando monstruos y haciendo collages, enamorándome como tonto y empezando a ver a mis padres con ese estúpido desencanto de la niñez en retirada.

Hace 10 años cumplí 25, hace 10 ya eramos dos, hace 10 ya teníamos una casa (que vendimos), hacen 10 años ya era diseñador y ya estaba algo decepcionado al respecto, el 94 me recuerdo caminando tristemente por una plaza pensando qué hacer, me recuerdo comprando libros en unas vacaciones de invierno que me dí como descanso tras un año de intenso trabajo, de robo a la casa y de cambio brusco de domicilio. Recuerdo el auto que arrendamos y el almuerzo fuera de Santiago con que celebré mis 25, teníamos todo el tiempo por delante.

Hace sólo 5 años fui y me pelé al cero, así ingresé calvo y harto más delgado a la treintena.

Hoy tomé dos veces desayuno, uno por apetito y otro por exceso de cariño de mi mujer. La micro casi fue benévola, una pareja hablaba de Buenos Aires y del Sur de Chile (suspiros), la clase de la mañana fue calmada e instructiva, con el otro curso nos fuimos al Hoyts del Centro y volví a ver Machuca, como ejercicio, para entender la reconstrucción e imaginar el trabajo documental que hay en la producción (magnífico).

Acción del día:

Tras haber soportado más de una hora las risas y cuchicheos de unos personajes invisibles en la oscuridad de la sala, me di vuelta hecho una fiera y dije:

- ¡Puta que agradable haber escuchado la conversación de ustedes durante toda la puta película!

Silencio mortal en la sala

Terminamos de ver Machuca en una quietud absoluta. Igual salí doblado de nuevo, pienso que la película ha sido para mi una especie de agujero negro, un remolino de emociones raras, traté de analizarla, de "deconstruírla" y volví a no poder. Como algunos libros, como algunas canciones, como los ojos de mi mujer, inexplicables definitivamente.

13:55.- En el metro ¿cuanta gente vivió el 73 a su manera? Como los anillos de los árboles, debe haber un anillo más oscuro o más claro en estas personas. Tantos que ya se olvidaron y que ya no les interesa recordar. Y cuanta gente que quiere -como yo- recuperar la memoria.

¿Por qué?

Quizás porque es diferente hoy -2004-: otro país, las ganas, el sentido de todo y la textura del presente, como las lucas del tipo que cuenta sus billetes frente a mí, como el vagón y el hecho de que yo pueda hablar de mis alumnos.

Quizás la película es una epifanía de Andrés Wood, un tremendo agujero negro que succiona como el remolino del water todo lo que no conseguimos entender de nuestro olvido y nos lo devuelve como un vómito de realidad.