lunes, enero 24, 2005

Descompresiones



Es diversa la vida. Divertida y perversa. Pareciera haber un acuerdo entre el ying y el yang de forma que ningún mal dure cien años y ningún bien dure dos días. Eso es sospechoso. Recuerdo cuando mis compañeros de religión citaban esa frase bíblica de que el mundo "1 Juan 5: 19. We know that we are of God, and that the whole world lies in the power of the evil one". El mundo (o sea todo lo que nos rodea) yace en poder del malulo. Lo que les explica comodamente a los cristianos que las cosas no sean como queremos, como nos gustaría que fueran. Eso me recordó una frase de los "Increíbles" en que la madre "Elastic-Girl" le dice a sus hijos algo así como que "en la realidad hay quienes matan a los niños, no como en las películas", frase muy parecida a otra que escuche ayer en una no demasiado buena película del cable, en que Kevin Bacon le resollaba a la Charlize Theron el peligro en que se hallaba su hija asmática.
Y uno vive, conciente de que la muerte y el miedo a la muerte rondan a la vuelta de la esquina. El mismo temor pero menos dramático, el que encontramos emprendedoramente utilizado por "ram", "sercatel" o "security-sat" que te cobran un pequeño monto contra la promesa de velar por tus bienes. Ah, el miedo. Ese que explotan tan agotadoramente los matinales, los noticieros, la derecha y otras religiones.
Dicen que el arte, el culto a la imagen no es otra cosa que la evolución simbólica del miedo a la muerte. El deseo de permanencia ante la degradación de todo lo físico. Que las transacciones artístico - religiosas de los pueblos antiguos se basaban en una promesa de conservación en diversos planos invisibles de esto que somos aquí y ahora. Pues ¿cómo saber que pasa "del otro lado del ocaso"?.
Imposible poh socito.
Y uno vive, desconfiando del loco que te dice ayudar a cambio de algo valioso que a él le interesa y que tú sabes debes (estás obligado, siempre a) negociar. Negociemos. El problema es que doña muerte no negocia mucho que yo sepa. Y es un hecho que a la muy clasista le gusta ensañarse con los pobres y los indefensos y generalmente dejar a los ricos cumplir su contrato a largo plazo.
Ante esto, Baco,la Bock no es mala idea.