sábado, febrero 05, 2005

Dreampuzzle

Ya parece cuento.
Pongo la cabeza en la almohada y tengo sueños completamente inconexos. Vaya novedad, dirá alguien. Pero cuando me he pasado un año casi completo sin recordar que demonios pasa en mi "vida onírica" (¿o qué demonios PASAN por mi "vida onírica"?) las antenas psicoanalíticas se paran como orejas de gato dormido.
Ayercito me soñaba cantando canciones religiosas de un cancionero de tapas de plástico rojas o moradas al lado de mi hermano mayor, en un lugar entre rural y suburbano. De los "cánticos" hay un quiebre en el que un avión blanco y azul hace piruetas sobre nuestras cabezas (luego un hiato de buses, gente y un viaje hacia la cordillera de los Andes, digamos hacia Farellones). Luego estoy en un lugar de la cordillera. Una especie de refugio u hotel abandonado (¿El Resplandor?), mientras el resto recorre el lugar yo me detengo a mirar intrigado una montaña de ropa sucia, con un cuchillo cartonero empiezo a apartarla y la ropa comienza a tomar forma de cuerpo humano, pero pequeño. Empiezo a temer sea el cadáver de un niño pequeño, pero es demasiado pequeño. Cuando ya me aterra la idea de que sea un bebé, veo los gusanos (¿The Wall?) bullir entre calcetines y camisetas, y un ratón negro que se escabulle. Voy a buscar testigos del hallazgo, pero algo me retiene dentro del refugio. El mismo avión visto antes, pasa a diez metros de un gran ventanal del refugio. El avión es muy grande y trae gente armada, una especie de fuerza especial. De pronto la gente que me rodea son ministros y gente de negocios, gente rica y poderosa, yo no se si huir o esperar. El avión aterriza dando tumbos y levantando montañas de tierra, casi como una retroexcavadora. Los personajes armados me entregan una especie de caparazón de plástico con botones que debo colocarme arrodillado y ajustármelo a mi cara, me dicen que con eso no me matarán. Amenazante. Me pongo el caparazón, me asfixio. Despierto.
Hoy el sueño que me despertó fue otro. En él hay más confusión, un camino con un puente cortado el cual recuerdo haber saltado alguna vez por recomendación de mi sicóloga(?). Entonces salto y caigo en aguas transparentes. Son más de siete metros hasta el río abajo. Luego estoy al costado de un río barroso. Estamos con mi mujer y dos amigos de su oficina que recomiendan que nos instalemos en el Bavaria (yo veo el óvalo amarillo y rojo a la orilla del río unos trescientos metros más allá) pues la crecida es grande. Le digo a mi mujer que parece que vamos a tener que bajar en el auto por el lecho del río pues el puente está cortado y el camino anegado. No recuerdo más.
Pero si recuerdo la sensación de un paisaje de sueños donde hay malezas, calles marginales, tierra amarilla de seca, cercos de alambre acerado, pichangas de fútbol, calles que dan al mar o calles que mueren como senderos de tierra, carreteras que se pierden entre colinas verdes o en acantilados de tierra dura que se convierten en lagunas de agua transparente. Líneas de tren entre industrias cercadas con planchas metálicas oxidadas, basurales, aviones que se estallan y se estrellan contra el suelo en villas de blocks de cuatro pisos, invasiones extraterrestres o fines de mundo con estrellas que cambian de dibujo en el cielo o con naves aterradoras que descubro mirando distraídamente la noche desde el jardín de la casa de mis padres.
"what's puzzling you is the nature of my game"