lunes, noviembre 15, 2004

La Suert'el Curao



Así decía el loco de la feria mientras pesaba el kilo de kiwis que mi mujer le había solicitado treinta segundos antes. Pasa que ahora (un par de meses a la fecha) voy el domingo a la feria de Arrieta, y si toca en sábado a la de Grecia. Me gusta el olor a fruta y verdura fresca. Me gusta gastar poca plata y llevar bolsas llenas de frutos de la tierra chilena. La war economy ya nos hizo renunciar a las papitas lavadas del Jumbo y a las frutas con bandeja de plumavit. Pero sin dramas, sin lágrimas, con gorrito pa'l sol y lentes oscuros cualquier cosa se sobrelleva bien (la suert'el curao). Comprar 30 huevos a luca no está mal, hasta el cilantro me parece más verde y real que ese que viene en bolsitas que dicen "cilantro", lo mismo el "ciboulette" o el "perejil" que se anuncian con su nombrecito inocentemente.
Ahora, no voy a negar que durante mucho tiempo le hice el quite al concepto "feria", quizás el recuerdo de andar insolado eligiendo papas y zapallitos italianos, o la sensación incómoda de las bolsas tatuándose en mis manos consiguió aferrarme al carrito con manilla verde del Jumbo (que siempre le da más). De hecho jamás he ido a la vega ni al mercado, pese a la recomendación de mis coetáneos. Pero war economy ha decretado racionamiento, qué le vamos a hacer. Quizás que maravillosos mundos habré de descubrir a medida que dispongo la eliminación de hábitos y costumbres dispendiosas.
Las frutillas a 500 el kilo estaban muy buenas y debo decir que las papitas fritas del otro día me quedaron de lujo. Más rato, dado que decretaron el cierre de la utem y con ello me aligeraron de la clase del lunes, me voy al Jumbo de acá al lado (lunes 5% de descuento) a hacer la comprita semanal (nada de frutas y verduras of course), después leer y estudiar, escribir y preparar una presentación.
También quizás descifrar eso de la suerte del curao. Yo creo que era porque mi mujer andaba bien rica ese dia, y el mensaje era "la suerte del culiao" y el culiao era yo... quién sabe.