La Suert'el Curao
Así decía el loco de la feria mientras pesaba el kilo de kiwis que mi mujer le había solicitado treinta segundos antes. Pasa que ahora (un par de meses a la fecha) voy el domingo a la feria de Arrieta, y si toca en sábado a la de Grecia. Me gusta el olor a fruta y verdura fresca. Me gusta gastar poca plata y llevar bolsas llenas de frutos de la tierra chilena. La war economy ya nos hizo renunciar a las papitas lavadas del Jumbo y a las frutas con bandeja de plumavit. Pero sin dramas, sin lágrimas, con gorrito pa'l sol y lentes oscuros cualquier cosa se sobrelleva bien (la suert'el curao). Comprar 30 huevos a luca no está mal, hasta el cilantro me parece más verde y real que ese que viene en bolsitas que dicen "cilantro", lo mismo el "ciboulette" o el "perejil" que se anuncian con su nombrecito inocentemente.
Ahora, no voy a negar que durante mucho tiempo le hice el quite al concepto "feria", quizás el recuerdo de andar insolado eligiendo papas y zapallitos italianos, o la sensación incómoda de las bolsas tatuándose en mis manos consiguió aferrarme al carrito con manilla verde del Jumbo (que siempre le da más). De hecho jamás he ido a la vega ni al mercado, pese a la recomendación de mis coetáneos. Pero war economy ha decretado racionamiento, qué le vamos a hacer. Quizás que maravillosos mundos habré de descubrir a medida que dispongo la eliminación de hábitos y costumbres dispendiosas.
Las frutillas a 500 el kilo estaban muy buenas y debo decir que las papitas fritas del otro día me quedaron de lujo. Más rato, dado que decretaron el cierre de la utem y con ello me aligeraron de la clase del lunes, me voy al Jumbo de acá al lado (lunes 5% de descuento) a hacer la comprita semanal (nada de frutas y verduras of course), después leer y estudiar, escribir y preparar una presentación.
También quizás descifrar eso de la suerte del curao. Yo creo que era porque mi mujer andaba bien rica ese dia, y el mensaje era "la suerte del culiao" y el culiao era yo... quién sabe.
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