jueves, noviembre 25, 2004

en otro tiempo estás...



El minino duerme el sueño de los justos sobre mi cama, sobre el lado en que debieran estar mis pies. Es un frescorraja. No hay dudas, sin ningún lugar a dudas la expedición lo ha trastornado un poco, bajarse medio tarro de comida y dormir todo el santo día es lo normal en estos seres peludos y bigotudos, que como extraños dioses comandan temporalidades y necesidades ajenas a las nuestras. Pero hay una suave docilidad en su movimiento que hace inevitable incorporarlos a las noches y los días calmos. A la contemplación del tiempo. Como ya se sabe dicen que soy Leo, quizás por ahí mi amistad con los felinos. Como tantas otras cosas, esto ya lo dijo Borges mucho mejor que todos nosotros:

No son más silenciosos los espejos
Ni más furtiva el alba aventurera;
Eres, bajo la luna, esa pantera
Que nos es dado divisar de lejos.
Por obra indescifrable de un decreto
Divino, te buscamos vanamente;
Más remoto que el Ganges y el poniente,
Tuya es la soledad, tuyo el secreto.
Tu lomo condesciende a la morosa
Caricia de mi mano. Has admitido,
Desde esa eternidad que ya es olvido,
El amor de la mano recelosa.
En otro tiempo estás. Eres el dueño
De un ámbito cerrado como un sueño.

A Un Gato
Jorge Luis Borges