miércoles, mayo 26, 2004

Viejazo

No se que mierda es esta de andar suspirando por nada, putear a cada rato, sentirse bien dos veces al dia y seguir como en una nube el resto del tiempo, el tiempo a medida que pasa nos exige cosas o nos quita derechos, a veces nos da permiso, pero en general todo es aleatorio, la inteligencia y las ganas, no se que decir pero lo escribo de vicioso que soy, tengo sueño y estoy cansado de micros, escaleras y de pensar en pensar. ¿Porqué es tan extraño todo?, mi andar resignado y rabioso en las micros hediondas me redobla las ganas de mandar al cuerno algunas cosas, de pronto pude gracias al banco pensar en el otro auto que necesito, pero no, la razón me detuvo, no estoy pa acogotamientos, no tengo ganas de apostar como podíamos hacerlo antes, y eso me hace sentir viejo, hace quince años tenía veinte casi, en quince más tendré cincuenta y eso me hace pensar en como pasa el tiempo, como pasa, como no nos damos cuenta y no pasa nada y a la vez pasa de todo, es decir no pasan grandes acontecimientos, pero los pequeños rellenan hasta el último resquicio... sin embargo hay minutos de una placidez que me envuelve, hoy en la tarde, en la utem leyendo, la calma del solcito después de pasar frio haciendo clases, una soledad necesaria, un silencio en que me olvide de ser quien soy, los pasos casi arrastrándose, unas ganas de desaparecer en la resolana, ideas nuevas, no este sentirme podrido, andando en putas y mierdosas micros.
Ah que estupida situación
Algo me hace reir... 31 minutos, ... "hablo como idiota..."

martes, mayo 18, 2004

La Culpa

La culpa la tiene el ojo, la culpa la tiene la contaminación, la culpa es la medida de todos los males, como hemos olvidado con presteza y con determinación la esencia del mal en nuestra experiencia humana (la única de la que podemos al menos dar fe -si es que tal cosa es posible-) me resulta extraño hablar de culpa.
Porque nos sentimos culpables o nos embarcamos en buscar culpables.
Culpable soy yo, cantaba el puma. No sabía el puma, o lo ignoraba deliberadamente, que la culpa y el culpable son posiciones elegidas y de sentido discutible. Discuto que la culpa tenga siempre que ver con una relación de causa y efecto lineal, clarita, sin lugar a dudas. Pero esta causalidad compleja o ausente, según creo, no impide que detrás de este concepto exista una definición no menos necesaria, o al menos postulable de responsabilidades y transgresiones.
Me acuerdo de un texto re interesante que argumentaba que la demasía en la autoestima provocaba seres pagados de si mismo potencialmente muy destructivos para la vida colectiva, de lo que se sigue que seres sin "culpas"(Piscitelli, ILHN 2569 y 2573), sin la conciencia de las "transgresiones" a la norma colectiva, tal vez hasta pseudo nietzscheanos, no son los mejores, ni los más felices, ni los que más contribuyen a la vida del resto. En un tiempo -como el que nos ha tocado en suerte- en que "los nuestros" pasan a ser el marco de referencia obligado y hasta el único que nos importa e interesa, y que parecieran numéricamente ser cada vez menos, pongo en perspectiva esta noción de culpas y de culpables en busca de una definición más amplia del rol que le damos a la "transgresión", una norma de convivencia en la que entre varios acordemos conductas y tal vez (tal vez) ciertos roles.
A partir de esto regreso a la noción del mal, de que hay cosas que no se hacen, que existen, claro que existen (y no son todos prejuicios), conceptos, informaciones, conductas, situaciones valorables en términos de bien y mal.
Pero al mismo tiempo me doy cuenta que hemos incorporado en nuestra conversación un manido, relamido y casi vacío axioma: "...lo que no es ni bueno ni malo", de lo que se sigue que no hay culpables ni culpas, todo ES, el capitalismo ES, el Islam o el cristianismo ES.
Frente a esto es que yo discrepo, una revulsión visceral oscura y nebulosa como mi ojo izquierdo, me impide aceptar que mis circunstancias por el solo hecho de SER justifiquen y determinen sin vuelta lo que nos pasa, lo que sentimos, lo que vivimos.
Esa ligereza existencial que tanto se agradece, que nos impide andar de cabezazos con un mundo hecho a la medida de todas las complejidades pero envuelto en un simplismo holywoodense, me temo nos engaña vendiéndonos la sensación de que hay un modo, un camino, una respuesta y que ésta no nos juzga ni nos vigila, donde no hay ni bien ni mal solo opciones personales que se quedan en eso.
Ante lo que decía un grafitti en la Norte-Sur... "Si tu libertad es una tarjeta de crédito..." yo podría responder que "es válido" o que "es lícito". Pero defender la tesis y la antítesis me parece estéril si es que no media en el fondo una nueva actitud ante lo que vivimos, o ante lo que pasa.
Creo que no puede ser que nos quedemos tan tranquilos juzgando válidas todas las antinomias sólo porque nos damos cuenta del carácter relativo de nuestra cultura formativa.
No se si es un problema para cargarlo a la cuenta de definir la identidad o es algo más. Así como siento que no podemos permitir que todas las decisiones éticas y morales las defina el mercado, o que el destino político y económico de nuestra sociedad la defina el estado de ánimo del poseedor del mango de la sartén.
Decir que "todos somos culpables" es tan estéril como echarle la culpa a los "Estados Unidos" o al "iglesia", decir que "no hay culpables" porque las cosas "SON" es también una solución fácil y retórica.
Tiendo a pensar que estas confusiones son el alma de nuestra casi involuntaria "postmodernidad".
Ante el aborto de toda ilusión colectiva que no sea mediática y a lo menos "espectáculo de entretenimiento" no nos queremos dar cuenta que aun refrendamos creencias que atribuimos al "sentido común" mientras al mismo tiempo hemos despojado de toda valoración muchas de las cosas que ocurren en nuestro entorno, nos hemos mediatizado de tal modo que no juzgamos por experiencia, si no por lo que le pasa a la Magdalena de "Hippies"(*) o a los avatares de Martín Ortúzar en "Los Pincheira"(*). Lo cual pone (al menos a mí me obliga a poner) en permanente perspectiva todo aquello que juzgamos o aquello a lo cual atribuimos culpas o inocencias basados en "no sabemos bien qué" y que se nos escapa...

(*) Culebrones en boga