jueves, noviembre 25, 2004

en otro tiempo estás...



El minino duerme el sueño de los justos sobre mi cama, sobre el lado en que debieran estar mis pies. Es un frescorraja. No hay dudas, sin ningún lugar a dudas la expedición lo ha trastornado un poco, bajarse medio tarro de comida y dormir todo el santo día es lo normal en estos seres peludos y bigotudos, que como extraños dioses comandan temporalidades y necesidades ajenas a las nuestras. Pero hay una suave docilidad en su movimiento que hace inevitable incorporarlos a las noches y los días calmos. A la contemplación del tiempo. Como ya se sabe dicen que soy Leo, quizás por ahí mi amistad con los felinos. Como tantas otras cosas, esto ya lo dijo Borges mucho mejor que todos nosotros:

No son más silenciosos los espejos
Ni más furtiva el alba aventurera;
Eres, bajo la luna, esa pantera
Que nos es dado divisar de lejos.
Por obra indescifrable de un decreto
Divino, te buscamos vanamente;
Más remoto que el Ganges y el poniente,
Tuya es la soledad, tuyo el secreto.
Tu lomo condesciende a la morosa
Caricia de mi mano. Has admitido,
Desde esa eternidad que ya es olvido,
El amor de la mano recelosa.
En otro tiempo estás. Eres el dueño
De un ámbito cerrado como un sueño.

A Un Gato
Jorge Luis Borges

miércoles, noviembre 17, 2004

Revolturas y mi abuela

Joder, joder con la jodida estupidez del fútbol, me aburrí del partido medio arrepentido de consumir tanta deliciosa pizza al son de un espectáculo tan como el culo colepescao y más encima la Apec introduce el caos en todo, en las clases, en las conductas de "REBELDES" de quince años, pelotudos que sacan baldosas de la acera del centro para tirársela a los pacos. ¿Pá qué, lolitos?, por las puras huevas señoras y señores. Porque hace falta saber un poquito para agredir a los empleados del estado, porque la rabia sola vale menos que un calugón, porque estos imbéciles son apenas payasos. Que aburrido," que latosa latitud abrupta, qué ganas de ganarle al coso del dejarse vivir y más vivir", como decía el Joze, ese otro tartaro que un día decidió vivir como la gente y no como un nómade cognitivo.
Yo sigo, perdido pero sigo, no se qué, pero sigo... ¿buscando direcciones en libros para cocinar?, saaale García y Mestre. Salgan argentinos invasores de mis neuronas chilenas.
Yo nací en una ciudad gris, en un hospital inexistente, cerca de la Alameda, antes de la UP, la Unidad Popular... Allende..., eso. Nací en una rivera del Mapocho diarreico, en el centro, casi en blanco y negro, casi con olor a parafina y a bistec de panita... ¿alguien aun comerá bistec de panita, como las que hacía mi abuelita, como las que almorzaba cuando la iba a ver a mis cinco o seis años?. Abuelita, ninguna Ouija te ha contado de mis recuerdos de ti, de tus limones, de las revistas de Disney, del día que te velaron en la calle Lira y que no pude dormir pensando en ti, que te habías ido y nunca me despedí.
Puta, viejita cómo fue que pasaron tantos años, tu último nieto todavía se acuerda de que eras viejita cuando yo apenas si sabía que todos vamos a morir. Un besito abuelita, tu hijo es el abuelo de mis hijos, tu nieto es el padre de tus bisnietos... ¿cómo era mi abuelo?, si nos encontramos preséntamelo o cuéntame de él, de ese italiano que hacía jaulas. Aun hay tiempo, hablemos más rato ¿vale?

martes, noviembre 16, 2004


A veces no te creo, a veces me abruman
tus farragos verbosos, tu fama de heroe,
tu séquito de izquierda,
tu Nóbel, tu candidatura a presidente
de la Nación. Confieso que he vivido
harto menos que tú a tu partida,
que la costumbre de conocerte de siempre
me hace desconfiar de ti.
Pero que le vamos a hacer, te tocó una época
de versos inflamados.
Y a nosotros apenas el más lígero olor
a verso, nos da arcadas. Ay Neruda, Neftalí
dueño de todos los trenes de Chile, de todos
los caldillos, de los pestos
y de las mejores minas del país.
Puta que la dejaste difícil,
Quien a esta altura, que no sea estrella de rock,
actor de teleserie, conductor de estelar televisivo,
se atrevería apenas
a tocar tu estatura, ah, Señor Poeta.


Todos tienen dos autos,
todos tienen jardines, flores,
enredaderas y maceteros,
tienen lo necesario e incluso un poco menos.
Yo los ignoro.
Camino decidido, acalorado,
las veredas están limpias,
el riego automático me besa los zapatos,
los perros cagan discretamente,
con prudencia.
Yo los ignoro risueño.
Pero es de noche y los televisores
pantalla plana me besan la nuca,
me dicen adiosito tras los
ventanales de aluminio anodizado.
Pienso cansado que esto ya es demasiado,
pienso aterrado
que esto ya es un abuso.
Y me detengo
ante una casa roja, portón eléctrico,
teja chilena.
Miro mi destino
ominoso, el gato, el farol,
el dividendo
y abro la reja
como quien da un paso
hacia el abismo.

lunes, noviembre 15, 2004

La Suert'el Curao



Así decía el loco de la feria mientras pesaba el kilo de kiwis que mi mujer le había solicitado treinta segundos antes. Pasa que ahora (un par de meses a la fecha) voy el domingo a la feria de Arrieta, y si toca en sábado a la de Grecia. Me gusta el olor a fruta y verdura fresca. Me gusta gastar poca plata y llevar bolsas llenas de frutos de la tierra chilena. La war economy ya nos hizo renunciar a las papitas lavadas del Jumbo y a las frutas con bandeja de plumavit. Pero sin dramas, sin lágrimas, con gorrito pa'l sol y lentes oscuros cualquier cosa se sobrelleva bien (la suert'el curao). Comprar 30 huevos a luca no está mal, hasta el cilantro me parece más verde y real que ese que viene en bolsitas que dicen "cilantro", lo mismo el "ciboulette" o el "perejil" que se anuncian con su nombrecito inocentemente.
Ahora, no voy a negar que durante mucho tiempo le hice el quite al concepto "feria", quizás el recuerdo de andar insolado eligiendo papas y zapallitos italianos, o la sensación incómoda de las bolsas tatuándose en mis manos consiguió aferrarme al carrito con manilla verde del Jumbo (que siempre le da más). De hecho jamás he ido a la vega ni al mercado, pese a la recomendación de mis coetáneos. Pero war economy ha decretado racionamiento, qué le vamos a hacer. Quizás que maravillosos mundos habré de descubrir a medida que dispongo la eliminación de hábitos y costumbres dispendiosas.
Las frutillas a 500 el kilo estaban muy buenas y debo decir que las papitas fritas del otro día me quedaron de lujo. Más rato, dado que decretaron el cierre de la utem y con ello me aligeraron de la clase del lunes, me voy al Jumbo de acá al lado (lunes 5% de descuento) a hacer la comprita semanal (nada de frutas y verduras of course), después leer y estudiar, escribir y preparar una presentación.
También quizás descifrar eso de la suerte del curao. Yo creo que era porque mi mujer andaba bien rica ese dia, y el mensaje era "la suerte del culiao" y el culiao era yo... quién sabe.

jueves, noviembre 11, 2004

Jueves huevesssss

Mi hijo hojea un librito de su hermana aquí sobre mi hombro. Escribo esto y mi gato empieza a maullar, recuerdo que tengo montón de cosas sin terminar, resuelvo ordenarme de una puta buena vez, pero no le veo futuro, a mi mujer la invitan a un "tecito" con gentes de su ofi, la misma del sábado en piedra roja, alla por colina, sólo que esta vez acá en vitacura y yo de kramer en peñalolén. Porque para eso llevo esta doble vida de padre-esposo y profesor-diseñador, para ir al supermercado e ir a buscar niños al cole mientras mi esposa se va de "tecito"... muy bonito. Pero siempre se me podrá sacar en cara esto. Casos y cosas tiene la vida del adulto responsable mis amigos.

martes, noviembre 09, 2004

calzo 44 y peso 92 kilos, señora

Hace rato que no milito en religión ni partido alguno, pero siempre me ha preocupado lo que pasa a mi alrededor,claro que preocuparse nunca ha sido para mí garantía de acción ninguna. Sin embargo salgo obedientemente a tomar micro cuando es necesario, dos veces o tres a la semana y en lo posible trato de que señoras y personas mayores suban antes que yo y en general no me "apropio" de mi lugar para subir cuando debo hacerlo y si es menester ceder el asiento no me duele tanto-tanto etc.
Pero además estoy convencido de que no me merezco el servicio de locomoción que existe en Chile, si bien no odio a los choferes, pues a veces me dan pena, odio el servicio de todo corazón, odio que la única puta micro que pasa por Tobalaba hacia el centro (por Peñalolén -la comuna de Orrego-), la fucking 390 se de el lujo de no pararle a los 10 pasajeros que llevamos 15 minutos esperándola y que la siguiente 390 tenga a bien pasar 20 minutos después, repleta y más encima que el chofer diga: "vayan pasando para atrasito", cuando yo calzo 44 y mi cuerpo de 92 kilos no se rebaja a sobajeos ni a lustradas contra escolares, oficinistas y señoras mayores. No me parece aceptable mancharle pantalones a nadie con mis zapatos, no me parece aceptable que los escolares me peinen con sus mochilas en la espalda. Tampoco me parece aceptable que me vea obligado a llegar atrasado a mis quehaceres sólo porque la maldita micro que salí a tomar no se animó a parar, ni a mí ni a los diez personajes que esperamos el mismo mugroso sistema de transporte público. No me gusta la idea de dejar sin pegas a choferes de micro, pero no tolero más este sistema. Podría haber esperado 15 minutos más y me voy con mi mujer, en el japonés rojo, pero para qué amargarse, ahí ya ibamos como ganado bajando por Grecia a los tirones ¿saben lo que es recibir en un frenazo 3 ó 4 oficinistas soñolientos y soportarlos con la mano agarrada a un fierro hediondo y sucio, para no caerse?.
Nada de que "mal de muchos consuelo de tontos". La estadística no me saca la mala sangre, el asco, el atraso, las ganas de decir que desearía que no existiera más el gremio de la locomoción pública.
Sólo me alegra que hoy la clase fue muy divertida, que con mis colegas pusimos bien al día a los alumnetes en relación a tópicos importantes del rubro, y aunque no les guste hay que espabilarse... lo cual nos incluye a todos.

viernes, noviembre 05, 2004

Resacas de Tristeza

Si, afirmativo, el telegrama que balbucea mi alma se confunde con babeos sentimentales. No es que no estés, no es que no haya amor en cada momento y ahora mismo, que lo hay, aquí a mi lado. No es esa carencia, que no lo es. Es el peso invisible de una montaña de aire que flota como casco planetario sobre mis cabeza. Es la conciencia y el barranco abrazándose y solazándose en mi incertidumbre, en mi indeterminación de estos días. Imposible escaparse de uno mismo, imposible estacionarse y pensar que los días no son hoy, que la vida contiene la dosis justa y necesaria de lo que hace falta. No es así. Tu felicidad, la mía, la de todos necesita ese riel que se nos niega. Esa estabilidad que nos permite planificar, proyectar, arquitectos de un destino nebuloso. Marineros de tormentas invisibles, mi cabeza eternamente espectadora de las acciones de un otro improbable que emerge cuando quiere, que se niega a aparecer en mí en estos días. Ni siquiera es mi felicidad la que importa, es la del nido, es la de lo que a duras penas hemos implementado y que siempre amenaza con batallas en que sobrevivir requiere largas hospitalizaciones del alma. Son estos días malsanos en que preferiría estar montado en montañas de papeles de 8 a 18, en que sólo deseo respirar ese olorcito de tu respiración y que ningún peluquero improvisado me devuelve, ninguna máquina braun. No hay stop, no hay decisión que pueda yo tomar hoy, siento que no está en mis manos y eso me emputece. Mis dedos se niegan a avanzar. No me responden, estoy tan triste que preferiría dormir, estoy tan dormido que preferiría desvanecerme en el aire, una auténtica teletransportación (Scotty, teletransportación) de este aquí ahora a un dos semanas atrás, a un instante piadoso de esperanza en el futuro.

jueves, noviembre 04, 2004

Me sobran huevos, te los tiro



Jueves, lata, me fui al patio de servicio y con mi máquina braun me deshice de la capa de pelos que cubría mi cabeza y barba (pelo y barba decía Néstor). Ahora apenas una pequeña alfombra de pelambre rudo me hace de aureola en torno al cráneo. Creo que necesitaba sentir un cambio. Una especie de autopatada, una marca, una enseña que me obligue a reinventar el todo partiendo por la parte. Es cierto que no me rapé, pero más que nada para evitar la desagradable sensación que acompaña la pelada, esa zona clara y sensible al sol que pide bloqueadores y sombreros. Mejor un poco de pelo y de paso disminuir el creciente protagonismo de las canas en la barba. En el ínterin llega mi suegro, me pide pasar al baño y me cuenta su peripecia con el auto, ha hecho una reparación de su auto él solo, notable. Se va. Llega mi hijo pequeño de la plaza, se alegra enormemente de ver a su abuelo paterno, su "nonito". Un poco mareado se que tengo tantas cosas que hacer y me pongo a escribir esto, echo a andar el filtro de la piscinita, me sacudo los pelos y el polvo que deja la máquina eléctrica en mis hombros. Me río. Por los altavoces del compu se escucha al Dr. Tangalanga que le dice a un señor enojadísimo "tan, tan ¿qué? ¿es una campana?" y el tipo se pone a vociferar, me río, me acuerdo de Quilicura. Estoy pelado y triste.

miércoles, noviembre 03, 2004

Luto mundial

Luto por la victoria de la insanía vestida de malas razones, por la victoria de uno de los personajes más siniestros de este siniestro planeta. No es que la otra opción fuese a ser mejor, pero definitivamente los votos del país del norte han preferido al mayor terrorista de estado como capitán de su desbarrancadero. El luto es por la imbecilidad humana, por el enorme favor que le hizo el islam al ansia de sangre de los industriales del norte, porque vivimos en un mundo que ya no nos pertenece.
Que se abra el agujero en la capa de ozono, que los gases calienten el planeta, que se mueran todos los pobres, todos los analfabetos, todos los que luchamos incapaces de torcer un destino que se solaza en el poder que controla el poder, en la riqueza que no conoce éticas ni morales excepto las de su propia alimentación. Que colapse de una vez el mundo, el luto debe ser permanente, siempre lo fue, la única diferencia es que antes al menos ocultaban las razones y mentían con más elegancia. La era del terror global cosecha su triunfo sin asco. Luto por el futuro. Luto porque en Quillota del mundo bailamos al paso del gorila desde hace rato.

martes, noviembre 02, 2004

Sólo dos páginas de internet

Estación del Metro, Los Heroes.
Dos chicas, una pegada a un celular, la otra solidarizando pues al parecer no estaba involucrada en el asunto. La del celular habla fuerte, muchos "hueona", "no, son dos páginas de internet", "la vieja no te puede decir que lo sacaste de internet, yo puse dos páginas de internet, reclámale a la vieja". La rubia (la más bonita) le pregunta si puso en el ensayo la fuente de internet, la del celular que a esta altura ya cortó el llamado le dice que si, que puso "una fuente y eran dos páginas de internet". Después ya no quiero escuchar más, no entiendo mucho y no me preocupa demasiado entender.
Me distraigo, el metro va repleto y yo voy sentado rumbo a Pedro de Valdivia. De pronto vuelvo a oir la misma cantinela, la del celular vuelve a la carga: "Cata, reclámale la nota", "yo use dos páginas de internet, la cita está ahí", "fueron dos páginas de internet". No alcanzo a oir la nota, no se cual es el ramo, de qué carrera, de qué universidad, antes les oi algo de psicología, derecho y periodismo, pero la chica sigue: "es injusto, no te pueden poner esa nota". Se produce un silencio. Un tipo con una guagua se para frente a las chicas esperando que se detenga el metro. La guagua está muy contenta, intenta agarrarle el cuello de la chaqueta a un señor canoso. Padre e hija se bajan (si es que eran padre e hija).
Ya casi llegamos a Pedro de Valdivia, la rubia y la otra hablan de las citas, la rubia le pregunta a la del celular si colocó la cita, la otra responde que si, luego agrega que "le carga colocar las fuentes" (¿serán periodistas?), me pongo de pie y les doy la espalda. Escucho que una de ellas no sabe citar y la otra dice que le pasa lo mismo. Me bajo y una vez afuera me siento en Marchant Pereira con 11 de Septiembre a escribir esto. No hace calor. Me siento bien.